Hemos vivido unos 40 años juntas, desde la niñez nos hemos
cuidado mutuamente, y aprendido a convivir sin conocernos al principio. En esos
años, donde toda la inocencia circundaba nuestra existencia, la mano del hombre
fue nefasta y nos llevó a momentos de mucha tristeza e incertidumbre. Como
perder la inocencia cuando aún estamos aprendiendo de ella me pregunté
repetidas veces sin respuesta alguna.
El tiempo pasó, y ese pequeño dolor hizo nido en ambas, nos
llevó a la desconfianza y a llorar en silencios eternos que alimentaron vacíos
que se hicieron abismos de incontenible violencia y terror, obscuridad y
tristeza, soledad y desamor. Y aunque a veces vivir se nos hacía difícil,
respirar era la rutina más dolorosa del día y sonreír era un recuerdo lejano, nunca
nos abandonamos, cuando una lloraba, la otra la consolaba, cuando una se
desvelaba, la otra la acompañaba, y todo ello fue creando el momento oportuno
de conocernos y reconocernos en varios caminos. Algunos vividos, otros soñados,
todos transitados siempre juntas.
Un día, cuando el sueño más preciado se hizo materia, todo
pareció derrumbarse nuevamente, momentos de tristeza, de esperas y de preguntas
sin respuestas. Pero como toda tormenta, esto también paso.
A pesar del tiempo que nos llevó encontrarnos, reconocernos
fue tan fácil y tan duro a la vez, limpiar tanta obscuridad fue la tarea que a
ambas nos hizo trabajar, reconocernos, débiles y fuertes, miserable y
ecuménica, proscrita e ilegal. Fue divertido y entretenido, fue libertad la que
nos convocó al día más allá. Fue la muerte el suspiro que nos encontró
al renacer una y otra vez de tantas cenizas, escombros y destrozos que nadie
podía ver. Entre tanta agudeza mental viajamos, entre mapas de otros mundos nos
perdimos y nos encontramos, volvimos a jugar y divertirnos y, dentro de tanta
vivencia, a encontrarnos como seres libres.
Aún nos queda tanto por andar y espero que nunca me
abandones, porque yo siempre acá voy a estar hasta que viajemos juntas al más
allá.
Me amo y por ello te
amo aún más porque sobrevivimos para contar una historia más!
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